Ayer participamos en el funeral de nuestro Tío Casimiro. Y que increíble poder recordar tan nítidamente el valor de una persona, no a partir de los recuerdos y de traer a la memoria hechos y anécdotas, sino a través de haber vivido en su funeral la riqueza de su vida, de su aporte, de sus opciones en la vida.
El 29 de Septiembre pasado, fue declarado Hijo Ilustre de Tocopilla, porque el era tocopillano, el primero de su generación que nació en 1906 en esa ciudad. Después de haber sido condecorado, y ante la presencia de autoridades como la Senadora Carmen Frei. Desfilaron frente a el, durante mas de una hora, todas las agrupaciones de vecinos de Tocopilla, Juntas de Vecino, Cruz roja, asociaciones, etc.…. me imagino que toda Tocopilla. Casimiro estuvo de pie, por todo ese tiempo, hasta que paso el último.
13 días falleció victima de una neumonía, y de una deshidratación a los 97 años.
Nos enteramos con Ricardo y la Angélica, al mismo tiempo, y decidimos viajar al funeral, también se unió la Cecilia y mi Mama. Porque ir, porque es una forma de devolver lo que uno recibió, es una señal de respeto y de cariño con uno de los nuestros.
Contare brevemente lo que vivimos.
Llegamos a las 10am a Cerro Moreno, después de encontrarnos con la Tía Lidia y si hija Ana Maria, nuestra prima, en el avión.
A la salida se presentaron dos personas, con las palabras Sra. Lidia?, y luego Bomberos de Tocopilla. Primera seña que eso tenia una identidad que no había que explicar.
A las 12am y fracción, llegamos a Tocopilla. Esperamos que la Tía dejara sus cosas en la casa del Tío Alfredo y la Tía Ester. Y luego nos dirigimos al velatorio en el Estadio O’Higgins, un gimnasio que es el recinto cerrado más grande disponible, fue escogido ante la imposibilidad de velarlo en el cuartel general de Bomberos.
Presentamos nuestros respetos, ante sus restos. Estaba anciano y la enfermedad lo mostró aun mas debilitado. Pero sentí pena por su partida, pero no por su estado. Ante su presencia, algo emanaba tranquilidad, y un sentimiento que ya no estaba ahí, que lo que quedaba era lo menos importante. Nos sentamos a rezar y a acompañar sus restos velándolos.
Los Bomberos de Tocopilla, dedicados 100% y con todos sus recursos, para organizar un sepelio de honor, que representara el cariño que le tenían.
Antes tuvimos que terminar un detalle, el reemplazante del párroco no quería decir misa en el estadio O’Higgins, por no ser un lograr consagrado. Nos pidieron ayuda, fuimos con Ricardo y le pedimos que la Iglesia hiciera una ceremonia para despedir sus restos. Acepto hacerlo a las 19hrs, a que el funeral empezaría a las 20hrs.
Almorzamos en la casa del Tío Alfredo, y pudimos recordar y reconocer a nuestra Tía Lidia, una mejor fuerte, alegre, decidida, calida, pero que siempre dice lo que piensa y actúa con consistencia. Una salud envidiable, y una mente como una espada siempre afilada.
A las 18hrs volvimos al Estadio O’Higgins, y esperamos el inicio del responso. En todo ese rato mucha gente se acercaba, y nos daba sus condolencias, nos hablaba porque Casimiro había sido importante para el, desde su mensaje de superación, de darles una oportunidad o de ayudarlos con un contacto.
19 hrs., se inicia el responso. Leen las lecturas Ricardo y mi Tío Alfredo. El sacerdote hace los ritos, y rezamos las oraciones que empiezan con “Al paraíso te lleven los Ángeles….”.
Depuse debemos esperar que le rindan guardia, a su féretro, las delegaciones de Antofagasta, Mejillones e Iquique, la ultima guardia la rinde el Honorable Directorio General..
Con mi hermano Ricardo, que me pide el lado derecho, para poder tomar la manilla con la izquierda, el tío Alfredo, dos ahijados de mi tío, y el resto hasta llegar a 8 lo completamos con voluntarios entre ellos el capitán de la 4 Compañía de Bomberos. Lo llevamos hasta la carroza, que espera fuera del Estadio O’Higgins, e hincamos en auto un cortejo hasta el Cuartel General, que esta en remodelación, y por eso no pudo ser velado ahí.
Al llegar nos bajamos con Ricardo, poniéndonos por delante de los autos; el Directorio general lo traslada de la carroza, y lo lleva a una camioneta con una tarima, y lo deposita sobre la bandera del cuerpo de Bomberos. Cuando terminan los amarres, suena la sirena por un minuto. Se nos atraganta la emoción, y las piernas hay que afirmarlas. Se nos unen mi hermana Angélica, y mi prima Ana Maria, hija de la tía Lidia.
El cortejo, inicia su marcha, con la siguiente formación:
El carro de la unidad de rescate
La banda de música, que tocara la marcha del Adiós, hasta que lleguemos al Cementerio.
Los Estandartes de las Compañías de Bomberos presentes.
El Directorio General.
La camioneta con el féretro.
A su costado, marchan los voluntarios de la 4 Compañía, llevando antorchas.
Detrás, vamos nosotros, nos acompaña también el capitán y teniente de la 4.
Mas atrás, otras personas que caminan, nunca mire, imagino que no muchos.
Luego los autos.
Y cerrando el cortejo todas las unidades de Tocopilla, como 5 carros.
Llegamos como a las 9 y media al cementerio, la camioneta de estaciona a la izquierda y enfrentamos una calle humana hasta la entrada del mausoleo de los Bomberos. Luego de ubicarnos a la entrada a la derecha, trasladan el féretro y empiezan los discursos,
Primero el Alcalde Moyano, luego el Senador Cantero, el Diputado Waldo Mora, el Superintendente que sucedió al tío en el cargo, el capitán de la 4 Compañía , otro Bombero y por ultimo el superintendente actual del cuerpo de Bomberos de Tocopilla.
Mientras le hacían entrega a la Tía Lidia de las medallas del tío, me corresponde subir al podio para despedirlo a nombre de la familia.
Hable como pude, de sus valores, la verdad, el no tener limites por el pueblo y ser un ciudadano del mundo, el respetar a las personas; el asumir tareas imposibles; el ser permanente en sus compromisos con un Dios, una Fe y una Iglesia, con su vocación política, con su amor por el pueblo de Tocopilla y por su pertenencia a los Bomberos.
Compartí mi visión de ninho, de una persona que hablaba de Génova, Roma, del vaticano, de su encuentro con el Papa, de sus conversaciones con Alessandri, y de su mirada para dirigirse de igual a igual con cualquier persona.
Agradecí que hubiese sido nombrado Hijo Ilustre en vida, y que probablemente el Señor estuviera esperando llevárselo.
Me asombre y agradecí el cariño del Cuerpo de Bomberos, con cada detalle y cada gesto, rendían homenaje a su Fundador, al voluntario mas antiguo de América Latina. Un voluntario sin el cual ellos no serian lo que eran.
No sentía pena, estaba emocionado, pero no tenia pena. Para mi el tío no estaba muerto, porque los grandes nunca mueren, solo desaparecen en el horizonte, y la huella de mi tío era firme y clara.
La Tía Lidia, me dijo, muy bonitas tus palabras, pero hablaste muy emocionado.
Nos despedimos de los Bomberos, los cuales nos rinden honores cuando abandonamos el cementerio.
Tío Casimiro descansa en paz, porque tus obras estaban a la vista, y el Señor se regocijaba en ellas..
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